domingo, 27 de enero de 2008

Más guapo que Johnny Depp

¿Cómo se te queda el cuerpo? ¿Que quién? Yo, quién va a ser. Si me ves así por la calle no te creas tú que te ibas a girar y a decir mira tú el chico ese que acaba de pasar. No, no, no. Bueno, a lo mejor sí, que hay gente pá tó, pero digo en general. Lo que pasa es que de fiesta gano mucho. Iba a decir que soy el tipo que más se ríe del mundo cuando está por esos bares de Dios, pero ése es mi amigo Juan, así que por ahora soy el número dos (sólo a veces, ¿eh?). No tengo ningún problema en que me quiteis el puesto. Competid, competid. Y pedidme otra caña, que tengo sed.
Resulta que Carlos ha venido este fin de semana desde París. Él es así. Se fue hace dos años y ahora, cada tres o cuatro meses, suena el teléfono y ahí está. Que si nos echamos unas cervecitas, me dice. Y yo pensando este tío está de broma. Qué quereis que os diga, la duda ofende. Total, que allá que nos fuimos a ver qué pasaba por Lavapiés, que es un barrio de Madrid que está lleno de gente así como rara. Si eres de provincias imagínate a tu madre diciendo ése lleva unas pintas muy raras y te harás una idea de a qué me refiero. Si eres de Madrid y no lo sabes, yo que sé, cógete la línea 3 de metro y bájate cuando ponga Lavapiés. Sí, eso es Lavapiés. Y ése que te está mirando no te conoce, no. ¡Corre!... Que no, que son bellísimas personas por allí. Casi todos. Pásate, pásate.
Muchas ganas de lío tampoco tenía, la verdad, que había ido a comer a casa del Andrés y la Endur y habíamos echado allí media tarde en su terraza, con Luis y Marta. Y así es como me fui luego a ver al Carlos. Con la guardia baja. En plan la historia va a ser tranquila. Tranquila, sí.
Abre la mano derecha. Pon el pulgar sobre tu nariz. Abre tu mano izquierda. Pon el pulgar sobre el dedo meñique de tu mano derecha. Mueve los deditos. Repite conmigo: ¡tururú!
Y yo que había intentado convencer a Andrés, que estaba desganao. Que sí, hombre, si el Carlos es un seta, que además ha venido con la novia, que se llama Stefanie y es más maja que decirlo. Ya ves tú. Unas cañas y nos volvemos. Claro, claro. Unas cañas y nos volvemos. Y entre caña y caña va y me dice la Stefanie: "Pues tú eres más guapo que Johnny Depp". Ja. Me encanta tu novia, Carlos, que lo sepas.

H&S: María, darling, no sé si os poneis de acuerdo, pero te vas y parece esto el desembarco de Normandía, no paran de llegar aliados.

viernes, 11 de enero de 2008

Alegría

Es viernes. Las navidades han ido bien. Muy bien. Esta semana me he desintoxicado y no he bebido ni fumado. Cuando hablo de esta semana me refiero al martes y al miércoles, claro. Ayer me tome unas gambitas plancha con María en un bar de Chamberí. De los de servilletas en el suelo. Dios los bendiga a todos. Antes, un vinito en una neotasca encontrada por casualidad. Cuando buscábamos lo de las gambas. Y ahí fue cuando pensé que tenía que escribir algunas palabrejas. Para este blog que por ahora sólo leemos tú y yo. Y donde decidí que se iba a llamar “Alegría”. Porque sí. Porque aquí ya no se llora. Y si se llora es de risa.

Chuck Close

Un mail que mandé hacé casi un año a mis amigos. Un pequeño homenaje:

"Esta mañana he ido a ver una exposición de Chuck Close. El tipo es un pintor yanqui, de unos 70 años,que empezó a hacer retratos en plan hiperrealista, así como Antonio López, digo yo. Hacía una foto de gente cercana a él y luego la usaba como modelo. El resultado es impresionante. En los sesenta, cuando empezó, estaba pegado a la imagen literal, por decirlo de alguna manera. Poco a poco, empezó a introducir modificaciones y pintaba sobre lienzos cuadrículados pequeñas manchas de color, pero respetando siempre las facciones. Después experimentó con técnicas como la pasta mojada, el collage con telas, la pintura con los dedos…
Un aneurisma, un cortocircuito cerebral, le pegó fuerte y le dañó la movilidad. En una silla de ruedas, con una férula, se empeñó en seguir pintando.Lo sigue haciendo, de hecho. Los cuadros de la última etapa continúan con la evolución de los años anteriores. Las manchas de color ahora son más grandes, pero tienen una fuerza alucinante.
Por lo que cuenta el propio Close, se dio cuenta de que servía para pintar de casualidad. No sabía jugar al fútbol (americano, supongo), ni al béisbol, ni a nada que se le pareciera. Tampoco era buen estudiante. Las teorías educativas no tenían mucho predicamento por entonces.O era un retrasado o era un vago. Un día fue a hacer un examen y le preguntaron por una batalla o algo así. El buen muchacho se bloqueó, o tuvo un mal momento, o vaya usted a saber, y el resultado fue un desastre. Agobiado, decidió, por su cuenta y riesgo, hacer un mural de seis metros sobre la batalla en cuestión. Nadie se lo había pedido. Pero quería demostrar que le interesaba el tema, que le gustaba la asignatura, el profesor, yo que sé.
Luego creció, y siempre pintaba cuadros grandes. Y dice que a lo mejor no puede pintar una nariz completa, pero sí puede dividir esa nariz en partes y partes cada vez más pequeñas. Y cuando son lo suficientemente pequeñas, puede pintarlas una a una. Y, al final, todas esas partes hacen una nariz.
A mí no me gusta mucho la pintura.
Esta tarde me he acordado de un fin de año en Cazorla, de Ana bailando con un CD en la mano, pinchando música. De un viaje redondo con Juan a Gijón, de una noche que cayó por su propio peso con Andrés, de una partida de pocha en la que gané yo. De una partida de un juego del que no me acuerdo el nombre, pero en el que inventamos un nuevo comodín, el del puñetazo en la bandeja. De un cumpleaños de Carmen del Mar en el que nos zampamos una paletilla de jamón en la azotea. Del Pepe enseñándonos sus cómics de Pollácula. De Chaves sentado en un sofá en la casa de Santa Justa leyendo tebeos mientras treinta becerros se emborrachaban a su alrededor. De Chaves levantándose de ese sofá para acercarse a un televisor donde un perro mordía ligeramente (pero con respingo evidente) a una señorita en salva sea la parte. Del concierto de losPapalo y la Papapo en la terraza. Del Pepe que sólo se pasaba por allí de vez en vez y lavaba los cacharros(menos mal que lo hacía alguien). De Pilar yéndose adormir a las dos de la mañana. De cuando Pilar, Ana y Mavi nos invitaron a comer unas berenjenas rellenas gratinadas con queso. Y de que me las comí porque no tenía mucha confianza con ellas (ahora se las iba a comer vuestra puta madre). Del otro Andrés, que me aguantó una noche entera en la que creí que me iba a volver loco. Del Juan cantando la canción del PP a grito pelao en el bar de los taxistas de al lado de la facultad. De la gente de Pánico y un fin de semana en Aznalcóllar, en la torre de José Julio. De la residencia de monjas de Mavi. De un viaje con Mavi a Lepe que terminó en Huelva en el piso de Belinda (vaya tela). De Pilar riéndose. De Pilar llorando. De Pilar riendo y llorando a la vez. De los bocatas del Savarín. De las papas alioli de La alegría de San Marcos. De la Agustina poniendo las patatas fritas con las manos en el plato la primera vez que invité a Patricia a comer. Del salmorejo de Juan, a lo rústico. Del de Chaves, a lo fino (coladito y tal). De McChaves y la cinta americana. De Ana y Pilar en Thelma yLouise. Del Pepe, ejecutivo de la precariedad, yendo yviniendo de Londres. Del Pepe sabiéndose todas laspreguntas de cine del Trivial…"

Para todos, un beso. Y para los que no estáis, también.
 
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