sábado, 22 de noviembre de 2008

Ajedrez

Hace mucho que no juego al ajedrez. La última vez creo que fue en las Navidades pasadas, con mi padre. Ayer estuve hablando con Miguel de las cosas del tablero. Y me acordé de los nombres de los grandes. Y de lo que me gusta decirlos: Fischer, Capablanca, Alekhine, Karpov, Kasparov. Vale la pena una conversación sobre peones y otros cargos sólo por poder nombrarlos. Cada uno, luego, era de su padre y de su madre. Si tenéis un rato, daros una vuelta por los enlaces para leeros algo de sus vidas. Vais a flipar. Con lo tarado, de verdad, que estaba el Ficher, que igual ha sido el tío más grande de la historia en lo suyo; de la clase que tenía Capablanca; de lo cabroncete, por decirlo suave, que era el Alekhine. De Karpov y Kasparov es que, desde que vi la coña que hacían del primero en "La hora chanante", ya no se me ocurre nada mejor que decir.
Bueno, pues comentando estas historias andábamos, cuando lancé una teoría de lo más trillada: uno juega como es. Ya digo que original no es, pero médiate tú una botella de vino y un whisky y después me cuentas. Y me imaginaba cómo jugarían los tipos de arriba, pero también los amiguetes. Por mi parte, yo creo que empiezo concentrado. Luego pierdo la paciencia y tiro palante para hacer cambios de piezas sin ton ni son. Así está más limpio el tablero y puedo pensar mejor. ¿Crees que es una buena fórmula? ¿Cómo juegas tú?

sábado, 18 de octubre de 2008

Sábado por la mañana

Hacer la cama. Fregar. Cambiar el aceite del coche. Comprar otro móvil. Actualizar el currículum. Limpiar la casa. Recoger la ropa tendida. Poner otra lavadora.
Quedarme sentado.
Escribir esto.
Sonreir.
Me iré a una exposición de Mauro Entrialgo.

domingo, 12 de octubre de 2008

Periodista sin palabras

Ya de retirada, empezó a caer el diluvio universal. Dios nos hace a veces estas cosas. Por descreídos. El contrataque, desde el materialismo: ¡natural!. Nunca voy con paraguas. ¿Para qué, si hay bares? En el Central acabamos la Pili, el Manolo y un servidor. Yo con la n cerveza y ellos con un agua mineral con gas (¿?). A mí, como que me daba igual. Porque tenía cosas que contar. Siempre me pasa lo mismo a partir de, digamos, ¿la segunda caña? En realidad, después de la tercera. Nunca he llegado a la cuarta. Un beso, papá y mamá.
Lo que me venía a las mientes en aquel momento eran los dos últimos libros que me he comprado. A saber: "Gomorra", de Roberto Saviano, y "La jungla polaca", de Kapuscinsky. Los dos de periodistas. El primero, joven, 29 años; el segundo, muerto, a los 74. No os voy a contar de qué van. Compradlos, sacadlos de la biblioteca, robadlos, pedidlos prestados. Leedlos, por favor.
Y lo que me rondaba es lo grandes que son estos dos tipos. Cómo cuentan esas historias tan importantes que salen en los periódicos. Desde lo pequeño. Desde dentro. Tomando partido.
Habla Saviano. En su libro sobre la Camorra. De su padre. Que no es mafioso. Del diálogo aprendido:

- Roberto, ¿qué es un hombre sin carrera y con pistola?
- Un capullo con pistola.
- ¡Bien! ¿Qué es un hombre con carrera y sin pistola?
- Un capullo con carrera.
- ¡Bien! ¿Y qué es un hombre con carrera y con pistola?
- ¡Un hombre, papá!
- ¡Muy bien, Robertito!

Y lo que me preguntaba era: ¿cómo se vive para contar así una historia? ¿cómo se hace para juntar así las palabras?

viernes, 20 de junio de 2008

Más ancho que largo

Hoy me he puesto a juguetear con el otro blog. Ya era hora de poner enlaces, que si no, pa' qué. Así que me he dado una vuelta por esto de la web para ver qué había por ahí de los amiguetes. No he encontrado todo, claro. Pero sí mucho. He visto la web de la Pili, siempre con su teatro a cuestas; he visto un montón de páginas sobre la Mavi, que ganó un premio por su documental "Mi Huelva tiene una ría" y ni siquiera me había enterado; he visto el corto del Juan, que tiene un chorro de premios; he visto la web de la Ana y las que ha diseñado para otra gente; he visto la de Antonio Hermán y sus pinturas... Y sé que hay muchas más que no he visto. Ya volveré otro día, que sé que sois más.
Viene esto a cuento porque me he puesto más ancho que largo. Por cómo son y por lo que hacen. Por conocerlos y por poder estar con ellos. Anda que no tengo suerte ni ná.

sábado, 24 de mayo de 2008

Una caña y nos vamos...

...después de tres copas. ¿A quién queremos engañar si no nos oye nadie? Vamos a tomar otra cervecita mentras que para de llover, ¿no? No, yo prefiero vino blanco. Será ese el problema. Y algo para picar, que no escampa. Ya que estamos, que rellene, ¿no? ¿Cómo era eso de lo que teníamos que hablar? Ah, sí, el futuro de la educación en España. ¡Qué digo España! ¡En el mundo, en el mundo! Dos más, por favor. Bueno, eso, caña y vino. ¿Y lo del País Vasco? Espera, espera, ¿sabes cómo se conocieron Tala y Cualo? No jodas. Oye, ya llevamos tres horas aquí. Sí, habría que moverse. La última entonces, ¿no?. Sí, venga...

domingo, 3 de febrero de 2008

La canción del viernes (I)

La canción del viernes son dos canciones. La canción del viernes es para toda la gente con la que me gusta estar. La canción del viernes me da buen rollo. Si no te llega la canción del viernes, a lo mejor es porque no tengo tu dirección. Es muy probable, de hecho. Me la puedes mandar. La canción del viernes, a partir de ahora, va a estar colgada en no sé que sitio del hiperespacio. Os pondré aquí el link y os mandaré un recordatorio. Es muy fácil, ya veréis. Fijaos:



Sólo tenéis que hacer click en el link y, después, pinchar en el botón que señala la flecha. Así que no seais vaguetes.
Hasta el viernes.

Sunday morning

A mí esta canción me da buen rollo, como la del viernes, qué queréis que os diga. Es de la Velvet Underground, por si os interesa. El Andrés dice que le da punto canalla, en plan llego a casa con los churros y tal después de la jarana. Y como no lo tenía muy claro, pues lo he mirado. Te vas a Google, pones el nombre de una coplilla y le añades lyrics y es como tener la piedra filosofal. De pronto, lo que siempre había sido aigüonchubifri se convierte en I want to breath free y lo flipas. Ahora queda saber qué quiere decir eso pero en fin, cuando se despeja un misterio se abre otro, como en C.S.I.
Como digo, he buscado la letra y como que no me queda muy claro, porque la que chana inglés de bien es la María, y está friendo unas patatas, así que mejor lo dejamos pasar, que es triste no saber, pero más triste es no comer. Y no me queda claro, no, pero pa mí que es una cosa así de nostalgia y de que hay que ver lo que he hecho con mi vida (la verdad que el pobre Lou Reed ya se puede hacer esa preguntita sí. Que no, no te enfades tú, Lou, que es broma, que ya sé que lees este blog).
Así que tenemos tres interpretaciones posibles. Pues yo me quedo con la mía. Me da buen rollo. Ya no es domingo por la mañana, pero casi. Todo marcha según lo previsto. O lo imprevisto. Y aquí estoy, en pantuflas y sonriendo.

domingo, 27 de enero de 2008

Más guapo que Johnny Depp

¿Cómo se te queda el cuerpo? ¿Que quién? Yo, quién va a ser. Si me ves así por la calle no te creas tú que te ibas a girar y a decir mira tú el chico ese que acaba de pasar. No, no, no. Bueno, a lo mejor sí, que hay gente pá tó, pero digo en general. Lo que pasa es que de fiesta gano mucho. Iba a decir que soy el tipo que más se ríe del mundo cuando está por esos bares de Dios, pero ése es mi amigo Juan, así que por ahora soy el número dos (sólo a veces, ¿eh?). No tengo ningún problema en que me quiteis el puesto. Competid, competid. Y pedidme otra caña, que tengo sed.
Resulta que Carlos ha venido este fin de semana desde París. Él es así. Se fue hace dos años y ahora, cada tres o cuatro meses, suena el teléfono y ahí está. Que si nos echamos unas cervecitas, me dice. Y yo pensando este tío está de broma. Qué quereis que os diga, la duda ofende. Total, que allá que nos fuimos a ver qué pasaba por Lavapiés, que es un barrio de Madrid que está lleno de gente así como rara. Si eres de provincias imagínate a tu madre diciendo ése lleva unas pintas muy raras y te harás una idea de a qué me refiero. Si eres de Madrid y no lo sabes, yo que sé, cógete la línea 3 de metro y bájate cuando ponga Lavapiés. Sí, eso es Lavapiés. Y ése que te está mirando no te conoce, no. ¡Corre!... Que no, que son bellísimas personas por allí. Casi todos. Pásate, pásate.
Muchas ganas de lío tampoco tenía, la verdad, que había ido a comer a casa del Andrés y la Endur y habíamos echado allí media tarde en su terraza, con Luis y Marta. Y así es como me fui luego a ver al Carlos. Con la guardia baja. En plan la historia va a ser tranquila. Tranquila, sí.
Abre la mano derecha. Pon el pulgar sobre tu nariz. Abre tu mano izquierda. Pon el pulgar sobre el dedo meñique de tu mano derecha. Mueve los deditos. Repite conmigo: ¡tururú!
Y yo que había intentado convencer a Andrés, que estaba desganao. Que sí, hombre, si el Carlos es un seta, que además ha venido con la novia, que se llama Stefanie y es más maja que decirlo. Ya ves tú. Unas cañas y nos volvemos. Claro, claro. Unas cañas y nos volvemos. Y entre caña y caña va y me dice la Stefanie: "Pues tú eres más guapo que Johnny Depp". Ja. Me encanta tu novia, Carlos, que lo sepas.

H&S: María, darling, no sé si os poneis de acuerdo, pero te vas y parece esto el desembarco de Normandía, no paran de llegar aliados.

viernes, 11 de enero de 2008

Alegría

Es viernes. Las navidades han ido bien. Muy bien. Esta semana me he desintoxicado y no he bebido ni fumado. Cuando hablo de esta semana me refiero al martes y al miércoles, claro. Ayer me tome unas gambitas plancha con María en un bar de Chamberí. De los de servilletas en el suelo. Dios los bendiga a todos. Antes, un vinito en una neotasca encontrada por casualidad. Cuando buscábamos lo de las gambas. Y ahí fue cuando pensé que tenía que escribir algunas palabrejas. Para este blog que por ahora sólo leemos tú y yo. Y donde decidí que se iba a llamar “Alegría”. Porque sí. Porque aquí ya no se llora. Y si se llora es de risa.

Chuck Close

Un mail que mandé hacé casi un año a mis amigos. Un pequeño homenaje:

"Esta mañana he ido a ver una exposición de Chuck Close. El tipo es un pintor yanqui, de unos 70 años,que empezó a hacer retratos en plan hiperrealista, así como Antonio López, digo yo. Hacía una foto de gente cercana a él y luego la usaba como modelo. El resultado es impresionante. En los sesenta, cuando empezó, estaba pegado a la imagen literal, por decirlo de alguna manera. Poco a poco, empezó a introducir modificaciones y pintaba sobre lienzos cuadrículados pequeñas manchas de color, pero respetando siempre las facciones. Después experimentó con técnicas como la pasta mojada, el collage con telas, la pintura con los dedos…
Un aneurisma, un cortocircuito cerebral, le pegó fuerte y le dañó la movilidad. En una silla de ruedas, con una férula, se empeñó en seguir pintando.Lo sigue haciendo, de hecho. Los cuadros de la última etapa continúan con la evolución de los años anteriores. Las manchas de color ahora son más grandes, pero tienen una fuerza alucinante.
Por lo que cuenta el propio Close, se dio cuenta de que servía para pintar de casualidad. No sabía jugar al fútbol (americano, supongo), ni al béisbol, ni a nada que se le pareciera. Tampoco era buen estudiante. Las teorías educativas no tenían mucho predicamento por entonces.O era un retrasado o era un vago. Un día fue a hacer un examen y le preguntaron por una batalla o algo así. El buen muchacho se bloqueó, o tuvo un mal momento, o vaya usted a saber, y el resultado fue un desastre. Agobiado, decidió, por su cuenta y riesgo, hacer un mural de seis metros sobre la batalla en cuestión. Nadie se lo había pedido. Pero quería demostrar que le interesaba el tema, que le gustaba la asignatura, el profesor, yo que sé.
Luego creció, y siempre pintaba cuadros grandes. Y dice que a lo mejor no puede pintar una nariz completa, pero sí puede dividir esa nariz en partes y partes cada vez más pequeñas. Y cuando son lo suficientemente pequeñas, puede pintarlas una a una. Y, al final, todas esas partes hacen una nariz.
A mí no me gusta mucho la pintura.
Esta tarde me he acordado de un fin de año en Cazorla, de Ana bailando con un CD en la mano, pinchando música. De un viaje redondo con Juan a Gijón, de una noche que cayó por su propio peso con Andrés, de una partida de pocha en la que gané yo. De una partida de un juego del que no me acuerdo el nombre, pero en el que inventamos un nuevo comodín, el del puñetazo en la bandeja. De un cumpleaños de Carmen del Mar en el que nos zampamos una paletilla de jamón en la azotea. Del Pepe enseñándonos sus cómics de Pollácula. De Chaves sentado en un sofá en la casa de Santa Justa leyendo tebeos mientras treinta becerros se emborrachaban a su alrededor. De Chaves levantándose de ese sofá para acercarse a un televisor donde un perro mordía ligeramente (pero con respingo evidente) a una señorita en salva sea la parte. Del concierto de losPapalo y la Papapo en la terraza. Del Pepe que sólo se pasaba por allí de vez en vez y lavaba los cacharros(menos mal que lo hacía alguien). De Pilar yéndose adormir a las dos de la mañana. De cuando Pilar, Ana y Mavi nos invitaron a comer unas berenjenas rellenas gratinadas con queso. Y de que me las comí porque no tenía mucha confianza con ellas (ahora se las iba a comer vuestra puta madre). Del otro Andrés, que me aguantó una noche entera en la que creí que me iba a volver loco. Del Juan cantando la canción del PP a grito pelao en el bar de los taxistas de al lado de la facultad. De la gente de Pánico y un fin de semana en Aznalcóllar, en la torre de José Julio. De la residencia de monjas de Mavi. De un viaje con Mavi a Lepe que terminó en Huelva en el piso de Belinda (vaya tela). De Pilar riéndose. De Pilar llorando. De Pilar riendo y llorando a la vez. De los bocatas del Savarín. De las papas alioli de La alegría de San Marcos. De la Agustina poniendo las patatas fritas con las manos en el plato la primera vez que invité a Patricia a comer. Del salmorejo de Juan, a lo rústico. Del de Chaves, a lo fino (coladito y tal). De McChaves y la cinta americana. De Ana y Pilar en Thelma yLouise. Del Pepe, ejecutivo de la precariedad, yendo yviniendo de Londres. Del Pepe sabiéndose todas laspreguntas de cine del Trivial…"

Para todos, un beso. Y para los que no estáis, también.

lunes, 24 de diciembre de 2007

¡Que parezca una boda!

Eso es. A lo grande. Lo de Caná fue un ensayo general. Con Dios de tu parte como que es más fácil. Para multiplicar panes y peces sólo hace falta una calculadora o un buen proveedor. Pero móntatela tú. A tu aire. En la barra. No es fácil. O sí. Ha pasado. Doy fe. Dicen mis padres, quién si no que estamos en Navidad, que el dinero y los cojones son para las ocasiones. Tampoco hace falta tanto. Desde que llegué a Jaén todos los días son fiesta. Sólo hacen falta ganas. La risa la llevamos dentro. Hay uno que se tiró años buscándola y se murió gruñendo. Luego te das cuenta que ni siquiera hace falta rascar. Es como la Mastercard. Mola tenerla pero, ¿sabes qué es lo que no se compra? Las huevas con mahonesa del Bahía con mi familia. Ni la botella de Juvé & Camps. Ni las chuletillas de choto. Ni el tinto de buena bodega. Ni las berenjenas fritas. Ni el revuelto de patatas con huevo. Ni... Bueno, a ver, tiene precio. Sí. 112 euros. ¿Es caro? ¿Sí? ¿No? Otro día lo hablamos. Pero, ¿cuánto pagarías por el grito de guerra de mi padre?
¡Que parezca una boda!

domingo, 16 de diciembre de 2007

Gente corriente

Me gusta la gente que va a comprar el sábado por la mañana al mercado. La que sale a pasear por la tarde con sus niños. Los que se compran una televisión de plasma a plazos. Los que van al cine a un centro comercial a ver el último estreno de Hollywood. Me gusta la gente que no sabe quién es Kieslowsky, pero te invita a cañas en el bar de la esquina. Y los que saben dónde ponen la mejor oreja de Madrid. Me gusta la gente que dice por mis hijos lo que sea. Los que se levantan de lunes a viernes a las siete de la mañana y tardan una hora en llegar al trabajo. Los que se amontonan en el metro dos veces al día. Los que viven en ciudades pequeñas y van a comer a casa. Los que de vez en cuando miran a su novia, o a su mujer o a su novio o a su marido y saben por qué están donde estan. Esos mismos, cuando no lo saben. Me gusta la gente que se pone contenta por Navidad. Los que se quejan de la gente pero hacen cola para comprar un regalo para su cuñado. Los que tienen un billete de lotería y llaman a un amigo o a su hermano para compartirlo. Los que todos los años se enfadan con la familia y después se les olvida. Me gusta la gente que se acuerda de su gente cuando no está con ellos. Y los que mojan pan para rebañar el plato. Y luego se chupan los dedos. Los que cuando hay vino beben vino y cuando no hay vino, agua fresca (gracias, Machado, gracias Serrat). Hay días que me gusta la gente.

sábado, 15 de diciembre de 2007

María

María es mi novia. Yo quiero mucho a mi novia. Ayer nos peleamos. Bueno, ella se enfadó y yo no, pero eran cosas de novios. Los novios se pelean por cosas muy tontas. Hay veces que tú quieres comer paella y tu novia quiere comerse un filete y te peleas. Otras veces tú quieres ir al cine y tu novia a una cosa de danza y te peleas. O tú quieres quedarte en casa y ella quiere salir y te peleas. Los novios se pelean mucho. Los que se ven por la calle no. Esos no se pelean nunca. Se pelean los novios que están en su casa. Debe ser que cuando estás en la calle pelearse es de mal gusto, porque te ve la gente y piensa uy, vaya novios más malos que se pelean por la calle. Luego se van a su casa y también se pelean, lo que pasa es que como no podemos ver porque no tenemos un agujerito en la puerta de todas las casas pues no lo sabemos. Pero yo he oído a mis vecinos peleándose, así que aunque no los vea seguro que no están contentos.
Otra cosa es lo de decirse cosas feas. Las cosas feas son las cosas gordas que le dices a tu novia cuando estás muy enfadado y que resulta que un día se te pasaron por la cabeza cuando se te coló una señora en el supermercado y en vez de enfadarte con la señora te enfadas con tu novia, porque es más fácil y da menos problemas. Entonces un día tu novia hace una cosa que a ti no te gusta y que suele ser una cosa que si no fuera tu novia dirías ah, vale, pues ya bajo yo la basura y ya está. Como es tu novia en vez de eso le dices ¿por qué bajo yo siempre la basura?. Y claro, como estás en casa ya sabes que te vas a pelear, porque esas son las cosas por las que se pelean los novios. Porque esa no es una pregunta de las de respuesta fácil. Es de esas preguntas como ¿estoy gorda?no. He contestado rápido porque a lo mejor mi novia lee esto y si lo lee sé que va a pensar éste lo de gorda lo ha dicho por algo y entonces yo contesto rápido porque ella es la más guapa del mundo y además no es que no esté gorda es que está delgada, que me he dado cuenta que es una cosa muy bonita que le puedes decir a tu novia. La próxima vez que nos peleemos le voy a decir sin que se lo espere estás muy delgada y seguro que se le pasa ya lo verás. Y es también raro, porque si te lo dice una madre te está diciendo hijo mío que estarás haciendo por ahí que seguro que no me comes nada y ponte el pasamontañas no vaya a ser que cojas una pulmonía. Porque los hijos de las madres no cojen catarros, sólo cogen pulmonías y cosas así que el doctor House cura con antibióticos de amplio espectro. Pero bueno, que digo que si tú le dices a tu novia que está muy delgada no le estás diciendo que está mala, le estás diciendo que la quieres mucho. Os lo digo para que lo sepáis, porque yo tardé un poco en darme cuenta, pero ahora ya lo sé y por eso os lo digo.
A mí me gusta mucho decirle cosas bonitas a María. A veces estamos así juntitos y nos miramos raro como si dijéramos ahí va tu, mira qué bonitos somos. Y es raro porque yo cuando me levanto, de normal, no pienso ahí va qué bonito soy. Y la verdad es que tampoco lo pienso cuando le pongo los ojos chinos. No pienso qué bonitos somos. Pienso qué bonita es María. Lo que pasa es que luego veo a María que me mira con los ojos con los que yo creo que le miro a ella y entonces como que sí me veo bonito. Y entonces ella me parece mucho más bonita. Y claro así podemos estar mucho rato que es otra cosa que también hacen los novios que si lo hicieras en la calle dirían pero qué hacen esos dos tontos que se miran raro.
Y es que hay cosas que si las haces en la calle eres muy raro, pero que luego la gente las hace en casa y como que son normales. Tú si ves a una pareja de novios en la calle que se miran raro tú dices qué tontos son, pero tú sabes que lo haces en casa. Y cuando te tomas algo en un bar a veces también. Y luego pasan esas personas que dicen pero estos es que no tiene casa. Y claro seguro que muchos no tienen casa y por eso lo hacen en la calle, pero claro la gente piensa qué tontos son. Porque esa gente luego se va a casa que es donde hay que hacer esas cosas de novios, pero en vez de ponerse a mirar bonitos diciendo qué bien que estamos y que a gustito se ponen a ver la tele y entonces no hacen cosas de novios ni en casa ni en la calle, pero saben lo que ponen los martes a las diez de la noche.
María se enfadó mucho conmigo ayer y yo no estaba enfadado pero sé por qué se enfadó. Ayer quedé con mi amigo Sergio para comer y lo que pasó fue que luego estábamos cenando con otro amigo de Sergio y luego vino otro amigo y ya éramos cuatro y de pronto eran las tres de la mañana y yo miré el reloj como quién dice mira tres más tres son las seis. Y entonces yo había quedado con ella y cuando llegó estaba muy enfadada porque decía que no era yo y ahí sí que fue muy raro, porque a las tres más tres de la mañana tenía yo la filosofía fácil, pero ésa de decir las cosas que están mal y decir cómo se hacen bien, no la filosofía de la que se estudia en el colegio que no se entiende porque tú la lees y muchas palabras son normales, pero luego los que escriben los libros las cogen esas palabras y las mueven y luego no te enteras de nada. Bueno, pues por eso se enfadó, porque yo no era yo y yo que no quería hacer bromas con eso porque entonces se iba a enfadar todavía más, pero se podían decir cosas de mucha risa. Menos mal que no lo hice, porque así me sigue queriendo y si no me hubiera dicho ahí te quedas, majo, porque ella es de Burgos y cuando se enfada conmigo me dice majo, que es muy raro, porque yo sé que no le parezco majo cuando está así porque me mira con ojos de y una mierda vas a ser tú majo, pero también sé que como soy andaluz majo no quiere decir lo mismo para ella y para mí. Es como cuando en Sevilla te dicen que nos vemos mañana o pasado o ya estoy llegando o no te preocupes que yo me encargo de eso, que sabes que no te vas a ver porque no está llegando porque no se está ocupando de eso porque está en el bar, que es donde están siempre los sevillanos.
Y entonces María se enfadó conmigo porque yo no era yo y los novios se enfadan por esas cosas y como yo no era yo nos peleamos en la calle, bueno en un bar, pero en un rincón donde no se nos veía mucho y yo no quiero pelearme con ella y tampoco en la calle. Pero también le pongo ojos raros en la calle de esos de mira esos dos tontos. Tonto lo será usted que se va a ver la tele, porque yo estoy con María que es la más guapa y además es muy lista, porque una vez le hicieron una prueba en el colegio y le dijeron que tenía 130 algo en la cabeza y eso es mucho porque es muy lista, porque si tú tienes 80 es poco, pero si tienes 130 es mucho y a veces me pongo a hablar con ella y creo que la estoy convenciendo y ella me mira y me dice otra cosa y yo me quedo pensando para adentro a esta moza no se le puede decir cualquier cosa, que sabe más que los ratones coloraos. Y eso está muy bien porque es lista y además es muy graciosa y a veces estás tan normal y te cuenta un chiste y yo me rio mucho y luego además pienso esta moza es muy lista y además cuenta chistes como si fuera andaluza y eso que es medio francesa porque el padre es de por ahí, pero yo lo conocí y no habla raro así como en las películas porque se le entiende todo. Y además le gusta mucho salir y entonces yo digo es lista es graciosa está delgada y le gusta salir y entonces yo se la tengo que presentar a mis padres. Que es otra cosa que hacen los novios y que tu dices madre mía de mi vida que no sé yo que va a pasar aquí, pero no pasa nada porque además tus padres no lo dicen pero tú los conoces y sabes que ellos están más nerviosos que tú porque son tus padres y a saber qué estarán pensando porque las madres sí saben que estás pensando tú pero tú no sabes qué están pensando ellas y no sé por qué eso no tiene la propiedad conmutativa esa que me enseñaron en el colegio, porque es muy raro que tú madre te mire y te pregunte que te pasa y te pregunta por preguntar porque ella ya lo sabe, pero tú no sabes qué le pasa a ella y dices qué raro, pero como siempre ha sido así pues tampoco es tan raro.
Es lo mismo que te pasa con tu novia cuando le preguntas que si le pasa algo que te dice que nada pero tu sabes qué es algo porque ya lo sabes aunque no sabes qué es. Entonces a veces se enfada y tú no sabes, y casi que es mejor no saber porque a veces cuando lo sabes te enfadas tú y ya sí que estás otra vez con la peleas de novios.
Lo mejor de las peleas de novios es que se pasan y entonces te miras con ojos raros y te das muchos abrazos y muchos besos y dices soy un tonto y ella dice soy una tonta y entonces tú no la ves como una tonta porque tú ya la estás viendo bonita. y entonces ya no tenéis que decir más cosas porque ya no importa nada y te estás dando besos y ya está. Y entonces sabes que no hay nadie más bonita que María y que aunque te pelees un montón de veces vas a querer seguir con ella porque si tu novia fuera como María tú también querrías seguir con ella.

martes, 11 de diciembre de 2007

Insomne

Hay quien cree que tener insomnio es no poder dormir. Te acuestas, das vueltas en la cama, te levantas y esperas que te vuelva el sueño para volver a acostarte. No tienen ni idea de lo que hablan. Tener insomnio es ser consciente de cada uno de los segundos de los que se hace el día. Y cada segundo es una gota que golpea en la memoria. Y es un grifo que cierra mal. Clinc…clinc…clinc. Y se mezcla con otro ruido. Tic…tac…tic…tac. Y no van a ritmo. Y entonces te das cuenta de que los fantasmas existen. Y que son lo más real que has conocido nunca. Y sabes que van a estar siempre ahí. Y darías cualquier cosa por que el tiempo pasará más rápido, o por quedarte dormido o, al menos, por que se acompasarán la gota de agua y las manecillas del reloj. Pero sabes que nada de eso va a pasar. Luego pasa. Pero ese momento es la eternidad. Y a veces deja resaca.
 
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