sábado, 22 de noviembre de 2008

Ajedrez

Hace mucho que no juego al ajedrez. La última vez creo que fue en las Navidades pasadas, con mi padre. Ayer estuve hablando con Miguel de las cosas del tablero. Y me acordé de los nombres de los grandes. Y de lo que me gusta decirlos: Fischer, Capablanca, Alekhine, Karpov, Kasparov. Vale la pena una conversación sobre peones y otros cargos sólo por poder nombrarlos. Cada uno, luego, era de su padre y de su madre. Si tenéis un rato, daros una vuelta por los enlaces para leeros algo de sus vidas. Vais a flipar. Con lo tarado, de verdad, que estaba el Ficher, que igual ha sido el tío más grande de la historia en lo suyo; de la clase que tenía Capablanca; de lo cabroncete, por decirlo suave, que era el Alekhine. De Karpov y Kasparov es que, desde que vi la coña que hacían del primero en "La hora chanante", ya no se me ocurre nada mejor que decir.
Bueno, pues comentando estas historias andábamos, cuando lancé una teoría de lo más trillada: uno juega como es. Ya digo que original no es, pero médiate tú una botella de vino y un whisky y después me cuentas. Y me imaginaba cómo jugarían los tipos de arriba, pero también los amiguetes. Por mi parte, yo creo que empiezo concentrado. Luego pierdo la paciencia y tiro palante para hacer cambios de piezas sin ton ni son. Así está más limpio el tablero y puedo pensar mejor. ¿Crees que es una buena fórmula? ¿Cómo juegas tú?

sábado, 18 de octubre de 2008

Sábado por la mañana

Hacer la cama. Fregar. Cambiar el aceite del coche. Comprar otro móvil. Actualizar el currículum. Limpiar la casa. Recoger la ropa tendida. Poner otra lavadora.
Quedarme sentado.
Escribir esto.
Sonreir.
Me iré a una exposición de Mauro Entrialgo.

domingo, 12 de octubre de 2008

Periodista sin palabras

Ya de retirada, empezó a caer el diluvio universal. Dios nos hace a veces estas cosas. Por descreídos. El contrataque, desde el materialismo: ¡natural!. Nunca voy con paraguas. ¿Para qué, si hay bares? En el Central acabamos la Pili, el Manolo y un servidor. Yo con la n cerveza y ellos con un agua mineral con gas (¿?). A mí, como que me daba igual. Porque tenía cosas que contar. Siempre me pasa lo mismo a partir de, digamos, ¿la segunda caña? En realidad, después de la tercera. Nunca he llegado a la cuarta. Un beso, papá y mamá.
Lo que me venía a las mientes en aquel momento eran los dos últimos libros que me he comprado. A saber: "Gomorra", de Roberto Saviano, y "La jungla polaca", de Kapuscinsky. Los dos de periodistas. El primero, joven, 29 años; el segundo, muerto, a los 74. No os voy a contar de qué van. Compradlos, sacadlos de la biblioteca, robadlos, pedidlos prestados. Leedlos, por favor.
Y lo que me rondaba es lo grandes que son estos dos tipos. Cómo cuentan esas historias tan importantes que salen en los periódicos. Desde lo pequeño. Desde dentro. Tomando partido.
Habla Saviano. En su libro sobre la Camorra. De su padre. Que no es mafioso. Del diálogo aprendido:

- Roberto, ¿qué es un hombre sin carrera y con pistola?
- Un capullo con pistola.
- ¡Bien! ¿Qué es un hombre con carrera y sin pistola?
- Un capullo con carrera.
- ¡Bien! ¿Y qué es un hombre con carrera y con pistola?
- ¡Un hombre, papá!
- ¡Muy bien, Robertito!

Y lo que me preguntaba era: ¿cómo se vive para contar así una historia? ¿cómo se hace para juntar así las palabras?

viernes, 20 de junio de 2008

Más ancho que largo

Hoy me he puesto a juguetear con el otro blog. Ya era hora de poner enlaces, que si no, pa' qué. Así que me he dado una vuelta por esto de la web para ver qué había por ahí de los amiguetes. No he encontrado todo, claro. Pero sí mucho. He visto la web de la Pili, siempre con su teatro a cuestas; he visto un montón de páginas sobre la Mavi, que ganó un premio por su documental "Mi Huelva tiene una ría" y ni siquiera me había enterado; he visto el corto del Juan, que tiene un chorro de premios; he visto la web de la Ana y las que ha diseñado para otra gente; he visto la de Antonio Hermán y sus pinturas... Y sé que hay muchas más que no he visto. Ya volveré otro día, que sé que sois más.
Viene esto a cuento porque me he puesto más ancho que largo. Por cómo son y por lo que hacen. Por conocerlos y por poder estar con ellos. Anda que no tengo suerte ni ná.

sábado, 24 de mayo de 2008

Una caña y nos vamos...

...después de tres copas. ¿A quién queremos engañar si no nos oye nadie? Vamos a tomar otra cervecita mentras que para de llover, ¿no? No, yo prefiero vino blanco. Será ese el problema. Y algo para picar, que no escampa. Ya que estamos, que rellene, ¿no? ¿Cómo era eso de lo que teníamos que hablar? Ah, sí, el futuro de la educación en España. ¡Qué digo España! ¡En el mundo, en el mundo! Dos más, por favor. Bueno, eso, caña y vino. ¿Y lo del País Vasco? Espera, espera, ¿sabes cómo se conocieron Tala y Cualo? No jodas. Oye, ya llevamos tres horas aquí. Sí, habría que moverse. La última entonces, ¿no?. Sí, venga...

domingo, 3 de febrero de 2008

La canción del viernes (I)

La canción del viernes son dos canciones. La canción del viernes es para toda la gente con la que me gusta estar. La canción del viernes me da buen rollo. Si no te llega la canción del viernes, a lo mejor es porque no tengo tu dirección. Es muy probable, de hecho. Me la puedes mandar. La canción del viernes, a partir de ahora, va a estar colgada en no sé que sitio del hiperespacio. Os pondré aquí el link y os mandaré un recordatorio. Es muy fácil, ya veréis. Fijaos:



Sólo tenéis que hacer click en el link y, después, pinchar en el botón que señala la flecha. Así que no seais vaguetes.
Hasta el viernes.

Sunday morning

A mí esta canción me da buen rollo, como la del viernes, qué queréis que os diga. Es de la Velvet Underground, por si os interesa. El Andrés dice que le da punto canalla, en plan llego a casa con los churros y tal después de la jarana. Y como no lo tenía muy claro, pues lo he mirado. Te vas a Google, pones el nombre de una coplilla y le añades lyrics y es como tener la piedra filosofal. De pronto, lo que siempre había sido aigüonchubifri se convierte en I want to breath free y lo flipas. Ahora queda saber qué quiere decir eso pero en fin, cuando se despeja un misterio se abre otro, como en C.S.I.
Como digo, he buscado la letra y como que no me queda muy claro, porque la que chana inglés de bien es la María, y está friendo unas patatas, así que mejor lo dejamos pasar, que es triste no saber, pero más triste es no comer. Y no me queda claro, no, pero pa mí que es una cosa así de nostalgia y de que hay que ver lo que he hecho con mi vida (la verdad que el pobre Lou Reed ya se puede hacer esa preguntita sí. Que no, no te enfades tú, Lou, que es broma, que ya sé que lees este blog).
Así que tenemos tres interpretaciones posibles. Pues yo me quedo con la mía. Me da buen rollo. Ya no es domingo por la mañana, pero casi. Todo marcha según lo previsto. O lo imprevisto. Y aquí estoy, en pantuflas y sonriendo.

domingo, 27 de enero de 2008

Más guapo que Johnny Depp

¿Cómo se te queda el cuerpo? ¿Que quién? Yo, quién va a ser. Si me ves así por la calle no te creas tú que te ibas a girar y a decir mira tú el chico ese que acaba de pasar. No, no, no. Bueno, a lo mejor sí, que hay gente pá tó, pero digo en general. Lo que pasa es que de fiesta gano mucho. Iba a decir que soy el tipo que más se ríe del mundo cuando está por esos bares de Dios, pero ése es mi amigo Juan, así que por ahora soy el número dos (sólo a veces, ¿eh?). No tengo ningún problema en que me quiteis el puesto. Competid, competid. Y pedidme otra caña, que tengo sed.
Resulta que Carlos ha venido este fin de semana desde París. Él es así. Se fue hace dos años y ahora, cada tres o cuatro meses, suena el teléfono y ahí está. Que si nos echamos unas cervecitas, me dice. Y yo pensando este tío está de broma. Qué quereis que os diga, la duda ofende. Total, que allá que nos fuimos a ver qué pasaba por Lavapiés, que es un barrio de Madrid que está lleno de gente así como rara. Si eres de provincias imagínate a tu madre diciendo ése lleva unas pintas muy raras y te harás una idea de a qué me refiero. Si eres de Madrid y no lo sabes, yo que sé, cógete la línea 3 de metro y bájate cuando ponga Lavapiés. Sí, eso es Lavapiés. Y ése que te está mirando no te conoce, no. ¡Corre!... Que no, que son bellísimas personas por allí. Casi todos. Pásate, pásate.
Muchas ganas de lío tampoco tenía, la verdad, que había ido a comer a casa del Andrés y la Endur y habíamos echado allí media tarde en su terraza, con Luis y Marta. Y así es como me fui luego a ver al Carlos. Con la guardia baja. En plan la historia va a ser tranquila. Tranquila, sí.
Abre la mano derecha. Pon el pulgar sobre tu nariz. Abre tu mano izquierda. Pon el pulgar sobre el dedo meñique de tu mano derecha. Mueve los deditos. Repite conmigo: ¡tururú!
Y yo que había intentado convencer a Andrés, que estaba desganao. Que sí, hombre, si el Carlos es un seta, que además ha venido con la novia, que se llama Stefanie y es más maja que decirlo. Ya ves tú. Unas cañas y nos volvemos. Claro, claro. Unas cañas y nos volvemos. Y entre caña y caña va y me dice la Stefanie: "Pues tú eres más guapo que Johnny Depp". Ja. Me encanta tu novia, Carlos, que lo sepas.

H&S: María, darling, no sé si os poneis de acuerdo, pero te vas y parece esto el desembarco de Normandía, no paran de llegar aliados.

viernes, 11 de enero de 2008

Alegría

Es viernes. Las navidades han ido bien. Muy bien. Esta semana me he desintoxicado y no he bebido ni fumado. Cuando hablo de esta semana me refiero al martes y al miércoles, claro. Ayer me tome unas gambitas plancha con María en un bar de Chamberí. De los de servilletas en el suelo. Dios los bendiga a todos. Antes, un vinito en una neotasca encontrada por casualidad. Cuando buscábamos lo de las gambas. Y ahí fue cuando pensé que tenía que escribir algunas palabrejas. Para este blog que por ahora sólo leemos tú y yo. Y donde decidí que se iba a llamar “Alegría”. Porque sí. Porque aquí ya no se llora. Y si se llora es de risa.

Chuck Close

Un mail que mandé hacé casi un año a mis amigos. Un pequeño homenaje:

"Esta mañana he ido a ver una exposición de Chuck Close. El tipo es un pintor yanqui, de unos 70 años,que empezó a hacer retratos en plan hiperrealista, así como Antonio López, digo yo. Hacía una foto de gente cercana a él y luego la usaba como modelo. El resultado es impresionante. En los sesenta, cuando empezó, estaba pegado a la imagen literal, por decirlo de alguna manera. Poco a poco, empezó a introducir modificaciones y pintaba sobre lienzos cuadrículados pequeñas manchas de color, pero respetando siempre las facciones. Después experimentó con técnicas como la pasta mojada, el collage con telas, la pintura con los dedos…
Un aneurisma, un cortocircuito cerebral, le pegó fuerte y le dañó la movilidad. En una silla de ruedas, con una férula, se empeñó en seguir pintando.Lo sigue haciendo, de hecho. Los cuadros de la última etapa continúan con la evolución de los años anteriores. Las manchas de color ahora son más grandes, pero tienen una fuerza alucinante.
Por lo que cuenta el propio Close, se dio cuenta de que servía para pintar de casualidad. No sabía jugar al fútbol (americano, supongo), ni al béisbol, ni a nada que se le pareciera. Tampoco era buen estudiante. Las teorías educativas no tenían mucho predicamento por entonces.O era un retrasado o era un vago. Un día fue a hacer un examen y le preguntaron por una batalla o algo así. El buen muchacho se bloqueó, o tuvo un mal momento, o vaya usted a saber, y el resultado fue un desastre. Agobiado, decidió, por su cuenta y riesgo, hacer un mural de seis metros sobre la batalla en cuestión. Nadie se lo había pedido. Pero quería demostrar que le interesaba el tema, que le gustaba la asignatura, el profesor, yo que sé.
Luego creció, y siempre pintaba cuadros grandes. Y dice que a lo mejor no puede pintar una nariz completa, pero sí puede dividir esa nariz en partes y partes cada vez más pequeñas. Y cuando son lo suficientemente pequeñas, puede pintarlas una a una. Y, al final, todas esas partes hacen una nariz.
A mí no me gusta mucho la pintura.
Esta tarde me he acordado de un fin de año en Cazorla, de Ana bailando con un CD en la mano, pinchando música. De un viaje redondo con Juan a Gijón, de una noche que cayó por su propio peso con Andrés, de una partida de pocha en la que gané yo. De una partida de un juego del que no me acuerdo el nombre, pero en el que inventamos un nuevo comodín, el del puñetazo en la bandeja. De un cumpleaños de Carmen del Mar en el que nos zampamos una paletilla de jamón en la azotea. Del Pepe enseñándonos sus cómics de Pollácula. De Chaves sentado en un sofá en la casa de Santa Justa leyendo tebeos mientras treinta becerros se emborrachaban a su alrededor. De Chaves levantándose de ese sofá para acercarse a un televisor donde un perro mordía ligeramente (pero con respingo evidente) a una señorita en salva sea la parte. Del concierto de losPapalo y la Papapo en la terraza. Del Pepe que sólo se pasaba por allí de vez en vez y lavaba los cacharros(menos mal que lo hacía alguien). De Pilar yéndose adormir a las dos de la mañana. De cuando Pilar, Ana y Mavi nos invitaron a comer unas berenjenas rellenas gratinadas con queso. Y de que me las comí porque no tenía mucha confianza con ellas (ahora se las iba a comer vuestra puta madre). Del otro Andrés, que me aguantó una noche entera en la que creí que me iba a volver loco. Del Juan cantando la canción del PP a grito pelao en el bar de los taxistas de al lado de la facultad. De la gente de Pánico y un fin de semana en Aznalcóllar, en la torre de José Julio. De la residencia de monjas de Mavi. De un viaje con Mavi a Lepe que terminó en Huelva en el piso de Belinda (vaya tela). De Pilar riéndose. De Pilar llorando. De Pilar riendo y llorando a la vez. De los bocatas del Savarín. De las papas alioli de La alegría de San Marcos. De la Agustina poniendo las patatas fritas con las manos en el plato la primera vez que invité a Patricia a comer. Del salmorejo de Juan, a lo rústico. Del de Chaves, a lo fino (coladito y tal). De McChaves y la cinta americana. De Ana y Pilar en Thelma yLouise. Del Pepe, ejecutivo de la precariedad, yendo yviniendo de Londres. Del Pepe sabiéndose todas laspreguntas de cine del Trivial…"

Para todos, un beso. Y para los que no estáis, también.
 
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