viernes, 11 de enero de 2008

Chuck Close

Un mail que mandé hacé casi un año a mis amigos. Un pequeño homenaje:

"Esta mañana he ido a ver una exposición de Chuck Close. El tipo es un pintor yanqui, de unos 70 años,que empezó a hacer retratos en plan hiperrealista, así como Antonio López, digo yo. Hacía una foto de gente cercana a él y luego la usaba como modelo. El resultado es impresionante. En los sesenta, cuando empezó, estaba pegado a la imagen literal, por decirlo de alguna manera. Poco a poco, empezó a introducir modificaciones y pintaba sobre lienzos cuadrículados pequeñas manchas de color, pero respetando siempre las facciones. Después experimentó con técnicas como la pasta mojada, el collage con telas, la pintura con los dedos…
Un aneurisma, un cortocircuito cerebral, le pegó fuerte y le dañó la movilidad. En una silla de ruedas, con una férula, se empeñó en seguir pintando.Lo sigue haciendo, de hecho. Los cuadros de la última etapa continúan con la evolución de los años anteriores. Las manchas de color ahora son más grandes, pero tienen una fuerza alucinante.
Por lo que cuenta el propio Close, se dio cuenta de que servía para pintar de casualidad. No sabía jugar al fútbol (americano, supongo), ni al béisbol, ni a nada que se le pareciera. Tampoco era buen estudiante. Las teorías educativas no tenían mucho predicamento por entonces.O era un retrasado o era un vago. Un día fue a hacer un examen y le preguntaron por una batalla o algo así. El buen muchacho se bloqueó, o tuvo un mal momento, o vaya usted a saber, y el resultado fue un desastre. Agobiado, decidió, por su cuenta y riesgo, hacer un mural de seis metros sobre la batalla en cuestión. Nadie se lo había pedido. Pero quería demostrar que le interesaba el tema, que le gustaba la asignatura, el profesor, yo que sé.
Luego creció, y siempre pintaba cuadros grandes. Y dice que a lo mejor no puede pintar una nariz completa, pero sí puede dividir esa nariz en partes y partes cada vez más pequeñas. Y cuando son lo suficientemente pequeñas, puede pintarlas una a una. Y, al final, todas esas partes hacen una nariz.
A mí no me gusta mucho la pintura.
Esta tarde me he acordado de un fin de año en Cazorla, de Ana bailando con un CD en la mano, pinchando música. De un viaje redondo con Juan a Gijón, de una noche que cayó por su propio peso con Andrés, de una partida de pocha en la que gané yo. De una partida de un juego del que no me acuerdo el nombre, pero en el que inventamos un nuevo comodín, el del puñetazo en la bandeja. De un cumpleaños de Carmen del Mar en el que nos zampamos una paletilla de jamón en la azotea. Del Pepe enseñándonos sus cómics de Pollácula. De Chaves sentado en un sofá en la casa de Santa Justa leyendo tebeos mientras treinta becerros se emborrachaban a su alrededor. De Chaves levantándose de ese sofá para acercarse a un televisor donde un perro mordía ligeramente (pero con respingo evidente) a una señorita en salva sea la parte. Del concierto de losPapalo y la Papapo en la terraza. Del Pepe que sólo se pasaba por allí de vez en vez y lavaba los cacharros(menos mal que lo hacía alguien). De Pilar yéndose adormir a las dos de la mañana. De cuando Pilar, Ana y Mavi nos invitaron a comer unas berenjenas rellenas gratinadas con queso. Y de que me las comí porque no tenía mucha confianza con ellas (ahora se las iba a comer vuestra puta madre). Del otro Andrés, que me aguantó una noche entera en la que creí que me iba a volver loco. Del Juan cantando la canción del PP a grito pelao en el bar de los taxistas de al lado de la facultad. De la gente de Pánico y un fin de semana en Aznalcóllar, en la torre de José Julio. De la residencia de monjas de Mavi. De un viaje con Mavi a Lepe que terminó en Huelva en el piso de Belinda (vaya tela). De Pilar riéndose. De Pilar llorando. De Pilar riendo y llorando a la vez. De los bocatas del Savarín. De las papas alioli de La alegría de San Marcos. De la Agustina poniendo las patatas fritas con las manos en el plato la primera vez que invité a Patricia a comer. Del salmorejo de Juan, a lo rústico. Del de Chaves, a lo fino (coladito y tal). De McChaves y la cinta americana. De Ana y Pilar en Thelma yLouise. Del Pepe, ejecutivo de la precariedad, yendo yviniendo de Londres. Del Pepe sabiéndose todas laspreguntas de cine del Trivial…"

Para todos, un beso. Y para los que no estáis, también.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no esteria mal la lectura si no fuese por el borrón de mal gusto cuando dice lo de las berenjenas y quien se las iba a comer ahora. Parece que es una horrible moda saltar tacos a lo tonto.

 
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